Workaholic

En ocasiones confundimos la productividad con nuestra adicción al trabajo, dinámica que no parece extraña en la actualidad, dado que como profesionales nos vemos expuestos a tantos retos, competitividad y mucho de nuestro valor como profesionales depende de los resultados. Sin embargo, es importante encontrar un equilibrio que nos permita disfrutar de nuestros logros profesionales y nuestra vida personal que no precisamente debe estar ligada al trabajo todo el tiempo.

¿Cómo saber si eres adicto al trabajo?

El trabajar excesivamente y de forma compulsiva es una señal de que tu trabajo se ha convertido en una obsesión, trabajar por más de 8 horas al día, a veces puede parecer normal cuando tienes proyectos por entregar y has trabajado en un buen periodo bajo mucha presión, pero si ese periodo se torna a tu jornada normal de trabajo y no puedes dejar de pensar en las cosas que debes hacer en la oficina es mejor evaluarlo. Algunos puntos en los que puedes reflexionar en relación a tu obsesión con el trabajo:

  • Te sientes insatisfecho o irritado cuando estas fuera del trabajo.
  • Trabajas de forma continua después de que tus compañeros ya lo han dejado.
  • Te gusta tener el control de todo y se te dificulta el trabajo en equipo.
  • Cuando tienes vacaciones no las disfrutas plenamente.
  • Comes mientras sigues trabajando para no perder tiempo.
  • Te importa más cumplir con el trabajo que con tu familia.

Cómo evitar caer en la adicción:

Así como podemos evaluar qué tan adictos somos, también podemos practicar algunas dinámica que nos permitan no caer en la adicción que nos lleve al extremo y podamos disfrutar de otras actividades.

  • Horario: establece un horario de trabajo, si tienes la oficina en casa no olvides que esto es importante para que puedas encontrar el equilibrio entre las dos actividades.
  • Tares diarias: delimita tus tareas por día de tal forma que se puedan cumplir dentro del horario establecido para evitar estrés.
  • Aprende a decir no: por ser complacientes, algunas personas no saben decir que “no” al pedido de otros compañeros de trabajo o clientes.
  • Metas laborales: establece una serie de metas realistas a corto, mediano y largo plazo.
  • Tareas pendientes: aprender a dejar cosas pendientes para cumplir con el horario y otras actividades nos ayuda a encontrar el equilibrio.

Convertir el trabajo en nuestra razón de vida dificulta el disfrute de otras actividades o áreas de nuestra vida que merecen atención como nuestra familia, amigos, pareja o incluso el desarrollo de otras actividades que nos satisfacen como personas, como practicas algún deporte, aprender a cocinar, aprender otro idioma, viajar y descubrir nuevas culturas. Entonces te pregunto ¿trabajas para vivir o vives para trabajar?